Rebeldía, canta,
desde el espacio
que le ganó al sino.
Canta,
y su voz quebradiza
se ensombrece de romance
hasta conmover
la fiera que soy.
De todos mis días,
no recordaré
ninguno de estos;
sino, aquel momento que,
fortuitamente,
nos juntó.
No recordaré este día
sin sol;
de agobiante calor.
El olor de las plantas sumisas,
exudando petricor.
No recordaré quien soy,
quién hube de ser
hasta que el verano acabe;
y acaben conmigo
mis sueños;
desteñidos, también,
de ilusión.
Sentimentalismo
denso,
cuando vemos a los custodios del orden,
que todos mantenemos hasta enriquecerlos,
extorsionarnos,
apuntarnos con su arma de reglamento.
Jirones
de un atavismo extremo,
cuando la clase que se siente superior,
pugna por esclavizarnos o desaparecernos;
cuando humanos como nosotros,
han olvidado que sentimos,
también.
Es lo que nos causa
empatía de sus marchas,
ver nuestra minusvalía propia
reflejada en sus voces
gritando ¡FUERA! ¡BASTA!
hasta caer áfona
por tiro artero
de un bastardo
agazapado
tras cobarde anonimato.
Renga, entonces,
la marcha,
se dispersa sin aquel,
que quedó tendido sobre
su madero,
con un trozo de sentimiento
igual al nuestro,
atado al cuello.
La marcha canta dialéctica,
tratando de ser buena.
Enfrentada a asalariados de su misma clase,
canta,
sofrenando su bestia;
congénita, canta,
y nos encuentra arrodillados,
escondidos,
con los ojos llorosos;
mirando callados,
cómo sucedió todo,
tras un matorral.
Luego, soldadesca
gana para sus preseas de la nada,
70 muertos inocentes;
y para la emboscada
de nuestro meritorio
segundo lugar
en el negocio del mundo;
soldadesca enmudece,
no va,
apunta hacia otro lado
y busca bravía,
más manifestantes desarmados.
No me gusta Shakira,
pero llevo en andas mis
maldiciones;
en mi pecho,
su angustiante ahogo.
No me gusta Shakira,
pero entre la reminiscencia
y la expectativa,
reconozco su naufragio
y la balsa de esperanza
a la que se aferra cuando canta;
esperanza que,
en la marejada de la vida . . .
es la mía.
3 comentarios:
No sé si tu poema habla de la rabia frente a los déspotas de este mundo que pisotean a todos los que están debajo, sin importarles cuanto dolor y muerte causan o de la rabia por el daño que causan las fuerzas del orden, reprimiendo la manifestación de quienes desesperados salen a la calle a gritar o la de alguien traicionado en su amor o todas a la vez, no lo sé... pero se siente tantísimo dolor en tus letras, tanta impotencia que sea cual sea la rabia que sientes dentro, ojalá que con este increíble poema se te haya disipado.
Hacía siglos que no te leía.
Un placer volver a hacerlo.
Un abrazo DRAC
Como siempre, me leer tus poemas
Abrazos
Hola amigo, aqui estamos de vuelta, me alegra saber que estás !!! un abrazote
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