¿Cuál será la sensación
de estarse junto, a tu lado . . .?
Sintiendo cual perfume,
tu calor suave;
juntar a mi pecho
la blandura tierna
de tu cuerpo de ave.
¿Cuál será la sensación
de tomar tu mano?
y al hacerlo,
reparar el alma
del niño que nació desgraciado,
rescatarlo de su camposanto
y pintarle una sonrisa,
si es que, aún, esta llorando.
Cuál será la emoción
de rodearte con mis brazos,
y lentamente,
besar tus labios;
adentrarme en el mar
de tus encantos
y sentir tu corazón latir
aprisa, apasionado,
mientras dejo caer
en un susurro,
lo que ya
me es imposible negar,
(lo mucho que te amo).
Aspiro
ebrio de ansiedad,
tu respiración,
tu aliento sagrado;
¡oh, alcanzar el sueño
mil veces negado!
y beber de tu cántaro
las mieles de tu amor
en silencio,
adentrar mi corazón,
hasta tocar tu alma
y quitar tu nostalgia,
el caótico cielo de tu sufrimiento.
Mi potro piafa
frente al oasis de tu sabana,
¡cabalgar febril
tus dunas, tu desfiladero . . .!
¡rebalsar tu luna, de amor!
¡tu estrella de Belén pagana!;
y ya, crucificada,
en el ariete de mi amor,
perdonar nuestros yerros,
derramando,
una y otra vez, tu alma,
en la corteza viril
de mi ardiente madero.
Cabalgata nocturna,
bajo un puñado de estrellas.
Mirarme en tus ojos,
para con un beso,
calcar todos tus sueños.
Abrazada a mí pecho
se detendrán los adioses del tiempo.
Diré algo, entre besos,
entre nuestras sonrisas
frescas, agitadas;
¡y soltaremos a reír
a carcajadas . . .!
de ver,
cuan cerca estuvimos, siempre,
de la felicidad . . .!
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