Cuando el sol brilla, allá,
en lo alto,
la urbe, se enciende de alegrías.
Esplende a toda luz,
recortando el cielo,
su caótica geometría.
Vívidas pupilas dicen,
ruegan, invitan;
nos miran destellantes,
empinadas,
sobre ominosa mascarilla.
En el pensamiento luminoso de Dios
todo luce esplendoroso;
justo en este momento,
que omitimos el ciclo horrendo
de comernos,
unos a otros.
Imagino a los humanos,
tiernos y queribles,
cuando los veo transitar bajo el éter;
a toda hora,
salir monótonos de las oficinas,
y tú,
arropada hasta la ternura,
en Argentina,
soportas con calefacción,
4 grados de frío,
lejos del amor.
Me hace bien evocarte en tardes de sol,
como ésta.
Mama Cas canta la canción
que Lala, me enseñó.
¿Dónde estará ahora?
¿habrá regresado a Madrid
o a Barcelona . . .?
Recuerdo su selfie posando
al lado de una Inca Kola,
sólo por probarme
que había pasado por Lima, Perú.
La vida es maravillosa ahora,
pero podría ser mejor;
con una esposa esperándome
en casa, a toda hora.
Compartir la vida
y las noches, con su amor.
Muchas almas desasidas,
andan por el mundo,
increíblemente solas.
La noche encendió
su romántico azul.
Miles de zafiros, rubíes y esmeraldas
recorren, inquietos, las avenidas;
y en la rivera,
la gente tornan
sus pupilas y su piel cansada,
al hogar.
"Dulces sueños
hasta que los rayos del sol
te encuentren;
dulces sueños,
que desvanezcan
todas las preocupaciones".
"Dulces sueños"
es lo que nos dedican con ternura,
un destino de muerte
y Mama Cas.
3 comentarios:
Triste y melancólico, pero muy bello y lleno de ternura.
Besos y un abrazo.
Así es la vida, apreciado Drac.
Un abrazo.
Me encantan tus escritos
Abrazos
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