entraron por el ventanal abierto
la brisa fresca y clara,
de resplandor celestial.
En medio de la vida hermosa,
estaba ella,
acicalada y buena,
dándome los buenos días con un “¡Hola!”
mientras doblaba con eficiencia,
limpias sábanas para guardar.
¡Qué bueno es vivir . . .!
sentir su protectora bondad
reafirmarme su amor con una sonrisa,
besándome el alma con su sólo mirar.
A los lejos sentí abrirse la puerta
y frases de papá buscando a mis hermanas;
las llamaba y comentaba algo con ironía
caminando a pasos calmos por la sala.
Entonces . . .
¿toda esa vida de miseria e infortunios
enfermedades e ignorancias
. . .?
Madre tenía el rostro lozano
en sus mejillas se recreaba joven, la luz;
en nadie había signos de sufrimientos
y nada nos impedía ascender peldaños
hacia el fiat lux.
¡No tuve más remedio que sonreír . . .!
En medio del bisbiseo de la ropa de cama,
me incorporé
para besar a mi madre
y mientras la abrazaba,
le dije:
- ven mami que,
quiero contarte lo que soñé -
más,
al pasar mi brazo por sus hombros,
todo se volvió oscuro
y la claridad de la mañana hirió mis ojos
con su luz.
Abrazado a mi almohada lloraba,
y madre había partido
para no volver.
Porque no hay bueno ni malo,
ni odio ni amor;
porque la justicia no existe
en la absoluta matrix de Dios.
3 comentarios:
¡Que hermoso es vivir!
Un abrazo
Me ha dado inmensa alegria encontrarte en los comntarios de años atrás, dejé el blog, hace poco he vuelto y estoy buscando los amigos de entonces...me alegra haberte encontrado
Tu poema me ha gustado mucho,
Un abrazo
Carmen
Que bueno es encontrar a antiguos amigos. Bicos
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