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domingo, 24 de noviembre de 2024

La cuesta de un sueño




Creo que ayer te ví.
Venías corriendo
por la cuesta de un sueño
sonriendo de ilusión,
convertida en hada;
traías la cálida ternura
de un amanecer
en la mirada.

Un magnetismo raro 
me hizo voltear a verte;
y sentir en el alma
esa mágica atracción 
que tienen los abismos 
para los ojos absortos
de los suicidas.
¿Qué tendrás 
que, aunque esté distraído,
siempre logro presentirte
y quedarme pensando en ti,
por días?

Con la esperanza apagada
volví al lugar
donde conocí la ilusión,
la alegria de vivir.
Andando en la rutina
marchaba por do siempre,
y de pronto, 
un nuevo sol
alumbró mi respiración.
¡Corrías . . .!
y aunque a la distancia,
no pude ver bien,
el corazón me decía
en cada latir
que esa adorable forma de correr 
impregnada de "quizás mañana",
era de la adorada
causa de mi querer.

Los meses ciegos, 
sin verte,
rodaron al olvido
sin ningún valor;
se reseteó la vida
bajo un cielo perfecto;
y al reflejarte en mis pupilas 
tu imagen se tatuó en el alma,
cual una promesa 
que no se ha de cumplir.




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