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viernes, 1 de enero de 2021

Ex profeso





Destruyéndome por dentro,
escribo,
perseguido por la razón.
Escribo, 
lo que avergüenza mis labios
y que guardo en secreto
en el silencio de mi voz.

Cuántos astros
se habrán encendido y apagado
en la soledad del universo azul;
hasta creer 
que todo lo equivocó el destino,
ex profeso,
para conocer a Dios.

En este dictatorial confinamiento,
he aprendido a ver 
en las pupilas de las gentes,
su alma presa y transparente;
asomarse etérea con sus sueños,
intencionada, ligera y cristalina, 
queriendo escapar en el aliento.

Terminada la labor sólo hay cansancio,
y otra vez tu recuerdo,
vuelve a ser el alma,
mi propio yo,
a ser la dinámica que
orienta mi vida,
la ilusión ambicionada,
la cálida luz del sol.

Imposible que, 
luego de haber visto
el terrible fallo,
de donde nace
todo lo malo,
quieras desafiar al sino
anteponiendo tu horizonte
a todo lo torcido.

Es noche
cuando se encienden
esmeraldas en el oscuro regreso;
y rubíes y amatistas,
en las venas negras de la ciudad;
es noche cuando sonríes
en mis sienes
y tu mirar sin restricciones 
me llena de una hermosa paz.

La humanidad entera
marcha aterrada,
con tapabocas,
buscando en qué trabajar;
los arrestan, los torturan, 
y los multan, y los matan;
utilizando un axioma perverso y falaz.
Ellos roban sus mercancías y sus impuestos,
y los criminalizan en los noticieros,
cuando no se dejan robar.

Algún día recorriendo
el mundo que hay en tus brazos,
olvidaré la mafiosa sociedad
de izquierdas y derechas;
algún día la historia
no será más que una anécdota
y me dedicaré cada noche
a descubrir amaneceres de dicha
en cada comisura de tu piel.

Por ahora,
conjugo mi verbo con tu nombre,
entre líneas,
tu recuerdo se ha vuelto mi cielo,
mi sol;
hay amores 
que no pueden estar en nuestras vidas,
pero sí en nuestro corazón.


2 comentarios:

Camino a Gaia dijo...

Cuando la tragedia se nos queda grande
volvemos a un amor en que guarecernos

Anónimo dijo...

Jajaja qué gracioso , siempre de víctima vos che