Balada del adiós
¿Qué hay de mágico
en la caricia del resol?
¿qué hay de pasado
y de esperanza marchita
que no volverá…?
En el desorden geométrico,
inefable de las calles
¿qué conversaciones
se quedaron áfonas
de toda atención?
¿qué miradas con preludio de romance?
¿qué sonrisas desaparecidas
brillando de ilusión…?
¿Qué secreto tibio
guarda la noche en su sombra azul?
en su cierzo nocturno,
¿qué “te quiero”, el canto del grillo
ocultó?
¿cómo saber si los luceros,
destellando a lo lejos,
no son lágrimas heridas de dicha
o irrefrenables, de doloroso adiós?
¿Sabes a dónde vas?
porque la vida ya se acaba
y sólo tenemos tiempo perdido de espera
que largamente nos separa;
un continente, dos océanos,
y unas cuitas que remendamos día a día
para no decir adiós.
Al borde de una canción
te esperaré,
cuando el dolor de tu ausencia
rompa en mil facetas
su límpido diamante azul;
heriré con su hermoso brillo
mi corazón,
para tener el placer y la tristeza
de verlo desangrar por tu ilusión.
Porque no pude formar un hogar a tu lado,
es que se tienden sendas tristes
por dónde nuestros sueños se encontrarán;
porque no pudiste ser mi esposa
guardaré por siempre en el alma
el fruto anhelado que el destino truncó.
¿Por qué tiene que ser halagüeño
el verdadero rostro del amor?
¿Por qué estando tan cerca,
no pudo ser y germinó en dolor?
Cuando llega el momento solitario de partir,
un viejo agita un pañuelo en la noche
imposible.
Ante el horizonte,
sólo puedo ver sus lágrimas correr.
No llegará las señales de su albo lienzo
a las pequeñas luces del barco
que hundiéndose va en la bruma oscura,
destrozando de dolor cada recuerdo del
viejo;
y en su alma,
cada felicidad lucífuga
que no somos capaces de olvidar.
Cuando llega el momento solitario de partir
duele tanto,
que se queda en nuestro pecho la pregunta
(¿a dónde vas sin mí?)
(¿te puedo acompañar?)
(¿por qué no me quieres,
si yo te amo para mi hogar…?)
porque una cosa es morir de muerte natural
y otra, este dolor inmenso
que no sé cómo acabar…!
3 comentarios:
Será el día gris, al agua nieve, será que hoy me asaltaron los recuerdos... Te doy las gracias porque necesitaba llorar y siempre me como las penas. Según te iba leyendo los ojos se llenaron de agua y empecé a ver borroso... Ahora con el corazón aliviado te vuelvo a leer y sabes, es peor cuando la muerte te arrebata a quién quieres, porque no te queda la esperanza de que un día puedas volver a ver a esa persona y darte cuenta que ya nada sería igual porque el tiempo pasó para las dos, ya no sois los mismos.
Eso si, de los recuerdos tristes salen las más bellas palabras.
Un gusto recorrer los nostálgicos laberintos de su obra,
descubriendo emotivos versos de amor cargados de
nostalgias.
Gracias por compartir su arte.
Feliz fin de semana.
Reciba mi respeto y consideración
Amalia Lateano
"Que se quede en el pecho la pregunta"...
Mientras el dolor inmenso se amansa y la muerte se aleje de tus palabras.
Bellisimo
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