Mi chica

Mi chica es dulce

cuando el viento

gira despacio

para ver su sonrisa;

en los dedos invisibles

que mueven las ramas,

detiene sus pupilas:

sinfonía de quietud.

Y después de saborear

otro tipo de bienestar,

musita ensoñadoramente

“hay viento entre las hojas …”



Mi chica

simula ser fuerte

más, detrás de su mirada,

una niña espera una mano

que la lleve aferrada ,

por el camino que la vida le trazara.



No sabe luchar,

vino a hacer el bien

y a pagar el escarnio y la infamia

con más bien y bondad. 

Es capaz de dejarme

aunque con ello nos desgracie

solo por no saber qué decisión tomar.



Para mi chica

los malos no son malos

tampoco actúan con maldad.



Desconozco

cómo ha sobrevivido hasta acá.



Antes yo pensaba

que no me amaba

y furioso ante sus lágrimas

borraba pasajes enteros

de nuestra historia;

pasajes que no recuperaré ya más,

pasajes que sembraron tanta dicha en el alma 

que nunca la dejaré de amar.



Mi chica dice que me ama

pero está a punto de irse para no verme más;

tendré que correr para alcanzarla

y avistándola

levantarla en peso,

subirla a mis hombros

y llevarla lejos;

a un remanso de dicha

en donde ninguna perfidia

nos pueda alcanzar.