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viernes, 25 de septiembre de 2009

Decadencia

Miramos
la calle irse sin nosotros,
los únicos desubicados…
Todos se van a algún lado
y se van de lo más felices;
o apurados,
o pensantes;
o interlocutando consigo mismos,
demenciales.

Todos estarán satisfechos de llegar.
Nos dan ganas
de perseguir a cualquiera
y comprobar si en verdad
ha de llegar a ninguna parte;
como nosotros,
cual nosotros,
sólo a dejar escurrir el tiempo;
que siempre ha de faltar.

En nuestro itinerario
está llegar a tiempo
a pequeñas citas,
a diversos puntos
¿Qué dice la teoría de las cuerdas?
la discreción de la materia…?
Ah Carla,
¡¡esta dimensión no es la nuestra!!

El mundo entero chapotea en el lodazal
a grandes trancos;
caen de bruces carcajeando,
palmotean charcos
se bañan con todo y ropa,
nocturnos de lucífuga alegría;

beodos de erotismo se olvidan de sí mismos,
trafican;
trocan sus órganos
en pos de un orgasmo sin amor
en el gran templo del mundo.

Y cada actitud pondera la codicia,
el yo primero,
la jerarquiza;
y el gran dios de lo efímero
se yergue impostergable
cubriéndolo todo con su sombra de ambicia;
llegando como el aire más adentro
que los nobles sentimientos;
corrompiéndolo todo,
como sabe muy bien hacerlo,
con su séquito
de rentas e intereses,
márgenes de ganancia;
no hay mayor poder bajo el cielo;
se podrá prescindir de Dios,
del amor,
de todo lo bueno;
mas nunca del dinero.

Baila la humanidad tras adalides
enlodados de inquilina libertad;
rostros y sonrisas, y beldades,
destellan opacidades;
modernidad del desorden,
maraña cultural
y dialécticamente,
en algún momento,
ha de ser lo correcto…
me digo,
y para que evolucionemos también
deberemos convivir antagónicos
con lo que sabemos
NO es lo nuestro.

¿Ya te fuiste?
haz olvidado darme tu beso,
haz olvidado decirme “mañana nos vemos”
y en son de esta era nuestra
despotrica el amor,
veja insaciable la ternura en la emoción;
plomo technicolor te escribe
esperando el momento
en que el cambio cualitativo de la decadencia se de
y en un mundo de “algún tiempo”
podamos disfrutar ser felices
como soñamos un día infantil,
ya lejano;
con el sol de amor en el corazón
y en el de todos los humanos.

1 comentario:

Alejandra Menassa dijo...

Hola Drac: ¿sabes qué imagen tuve leyendo el poema?: la película de Subiela El lado oscuro del corazón 2, los ciudadanos caminando por las calles de Buenos Aires encorvados, mirando al suelo. Me pareció muy gráfico el poema.
Un abrazo y gracias por visitar el blog. Me gustó tu comentario.