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sábado, 2 de abril de 2016

Quise



Quise tener un diploma

y que mamá se sintiese orgullosa.

Y lo conseguí.

Quise un día que no se vaya…

y una cortina de agua

la hizo desaparecer…



Quise ser comprendido

y la noche abrió

su nocturna pedrería,

el silencio abrió

innumerables versos

y un camino amable

e incierto

me tendió sus brazos solitarios

hacia lo lejos.



Quise tener un auto,

un depa,

dejar la pobreza;

ser alguien

entre los que se ufanaban;

y esta noche conduzco

en medio de los vítores de la soledad;

y comprendo,

que mayor que la pobreza,

es la orfandad.



Quise ser feliz

y un mediodía,

en un país lejano,

encontré el amor;

pero, como antes,

desapareció

decenas de veces

tras una cortina copiosa

de agua;



¡no dejé que se fuera!

atravesé la cortina

empapando el alma

de angustia desesperada;



laceré mis rodillas

entre las piedras;

gasté oraciones,

miles de palabras;

doble mi espinazo

hincando mi frente

hasta semejarme a un can

que no entiende, si ama tanto,

porque lo dejan tras una alambrada,

abandonado,

en medio de sus aullidos de tristeza.



Quise darlo todo

por un mendrugo de dicha;

pero eso para mí,

ya era mucho,

debía esperar mi turno

que se acercaba fúnebre

al final de todo.



Cuando ya no haya nadie

el mendrugo de dicha llegará

ante nuestros parpados cerrados

para darnos con creces

lo que, con la vida, hemos pagado.



4 comentarios:

LaCuarent dijo...

Hace mucho queso pasaba a deleitarme con tus de tus poemas un autentico placer

Besos

gla. dijo...

Un abrazo
Me gustó tu escrito

Anacanta dijo...

Quise encontrar la luz de la víctima
y solo encontré la sombra del verdugo.

Un saludo

Anacanta dijo...

Quise encontrar la luz de la víctima
y solo encontré la sombra del verdugo.

Un saludo