feed

martes, 20 de octubre de 2009

Loa a los pobres del mundo

Es tan fuerte esta sensación
de encierro.
De puertas que se cierran
de ventanas que se ciegan,
de paredes que se acercan;

es tan fuerte esta vista
del mural del mundo
con ciudad llena de gente,
tráfico
y horas sin consecuencia...

La vacuidad del gentío en las gentiles horas,
el cúmulo de recuerdos
que vuelven hallándonos envejecidos,
la memoria en deshora.

Este mural hecho
por capitales desconocidos,
tiene trazos bohemios que,
al querer decir algo, ya se fueron
o que se están yendo;

troveros que aúnan sus obras
a los mandatos
de quienes hacen
la infausta inclinación del mundo;
y son felices,
a despecho de dos mil millones de pobres
en el mundo.

Madre decía:
los "blancos" nos dan de comer;
en mi trabajo, al crecer,
descubrí que los llamaban “los grandazos”
por lo altos.

Aquí en Perú, son de otra raza
los dueños de todo;
y compran el trabajo, el arte,
decisiones, periodistas;
muy amablemente,
con un puñado de monedas y sonrisas;

Ebrios de vanidad, todos
(también los artistas)
hacen que nos lisonjeemos
y nos juntemos,
contando frente a nosotros
nuestro éxito,
el dinero que les conseguimos;
nos sentimos opulentos
de venderles nuestro trabajo;
nos sentimos sobrios,
dignos,
en progreso franco.

Y hablando de artistas:
cercanos a Vargas Llosa,
a dos leguas de Goya;
a cien de Miguel Ángel;
a tres pasos de Baily,
a 20 centímetros de Miyashiro,
equidistantes con Magaly.

Ah el mundo nuestro
tan lleno de snobismo.

- ¡¡Te has ido llevando en la frente
un rótulo como insignia!! -

Como cuando niños,
el destino te lo ha pegado
sin que te des cuenta
aunque, de esto, ya pocos nos reímos;

Trabajamos sin descanso
en la repetición del tiempo
que se repite y se repite;
cálido como hoy,
con lluvia y con cielo;
pero siempre con caras nuevas,
lo único que no se repite,
son los rostros del recuerdo.

Comercia tu tiempo y tus obras
hasta que no tengas vida;
hasta que ya no puedas obrar
por los humanos pobres en ningún lugar
en ninguna medida.

Total,
con honestidad,
no es mejorar el planeta lo que nos convida;
sino: cómo llegar a alcanzar
al que está delante de nosotros;
y luego al que tiene más
y llegar así hasta la cima,
si se puede,
y la vida nos alcanza;

en eso consiste nuestra felicidad.
Construir un mundo
ya no para todos,
sino sumarnos a los que
lo tienen todo
y perpetuar en el orbe
la desigualdad.

¡Loa a los dos mil millones de pobres en el mundo!
papel mojado en tinta...¡bah!

No hay comentarios: