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miércoles, 26 de agosto de 2015

Huida


A veces cierro los ojos
y dormito
mientras el semáforo está en rojo;
y al abrirlos
la realidad horrenda me aplasta
con su doliente claridad.


Esfumados mis sueños,
donde todo es posible,
me dedico a respirar y sentir
cómo, mi pecho enllagado,
no cesa de sentir dolor.


Busco a todos lados
algo que me distraiga
y mitigue este pavoroso sufrir;
y sólo hallo
un mundo indiferente
donde sólo anhelo morir.


Todos con su vínculo de amor
marchan a la cabeza de sus actos,
todos tras sus metas;
y yo no tengo ninguna
desde que tu corazón
me cerró por siempre las puertas.


Suplicar, rogar ,
no sirve de nada;
tampoco sustentar ningún argumento.
Quise pedir perdón
por lo que no tiene ningún peso;
quise hablar,
pero no tengo ningún derecho
cuando el usía corazón
no alberga amor en su pecho.


Sería una bendición morir hoy,
sería un acto de misericordia
que contestes el teléfono
y me salves de esta agonía absurda
que nubla mis ojos
y no me deja ver ni respirar.

Pero conociéndote
creo que será mejor acelerar
y cerrando mis ojos esperar
no despertar jamás.




4 comentarios:

María dijo...

¡¡Nunca jamás renuncies a vivir por NADIE!! .. ni siquiera literariamente ;-) por mucho dolor que sientas, por muy maravillosa que sea la persona que anhelas ( no supliques amor, el amor se regala, incluso de lejos, es bidireccional pero desde dentro de uno mismo) la vida es cien mil veces cien más valiosa q nada. TU VIDA vale más que todo.

Perdón, sé q solo es un poema, como tal precioso, aunque me haya dolido mucho tu desánimo...


Besos y ánimo!

Mª Jesús Muñoz dijo...

Impresionante tu poema, amigo...Ese dolor toma forma y nos llega a todos...Subrayo las palabras de María...La vida del poeta que escribe vale un mundo y ha de seguir adelante con dignidad...Y con dignidad tendrá algún día ese amor que espera, porque todo lo que esperamos llega.
Mi abrazo de luz por tu claridad y tu intensidad, Drac.
M.Jesús

Alondra dijo...

Es difícil dejar de amar, es difícil dejar de esperar una llamada... pero el amor se regala no se suplica, duele y siempre en algún momento aparecerá el fantasma; ains!!! cuesta, y se aprende a convivir con él. Y en cualquier momento, aunque parezca mentira, la vida siempre regala algo que de verdad nos merezca.
Un abrazo cálido

Espérame en Siberia dijo...

Ay, no. Es el poema más triste y desalentador que te conozco, Drac. Espero que sólo se trate de palabras y no de algo que te esté sucediendo.

Te mando muchos besos y abrazos, con cariño.