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domingo, 25 de octubre de 2009

Huellas

Hay un camino de amor
que se cierne sobre ti
como una sombra;

hay una sombra lejana,
como crecen aquellas
cuando a la tarde
el sol se oculta
y cae la noche sin estrellas
sobre el alma;

lenta,
con vorágines de sueños
ciegos
que no conocerán nunca la luz
de tus pupilas claras.

Hay corazones
que simulan ser puertas
a donde por piedad se llama;
y al abrirse,
no nos dan nada
sólo nos quitan lo poco
del candor que nos quedaba;
el tierno tesoro del alma.

Es moneda barata
aquello que hace del mundo
un lugar donde al vivir
alboreen estaciones,
y haga frío y calor;
y que primaveras de color
llenen con sonrisas nuestras miradas.

Aquí están tus huellas
las que te trajeron hasta éste momento
de desgracia;
las huellas de tus pisadas
marcadas en el barro
vienen desde lejos,
por la tierra madre;
vienen de aquellos días
cuando llovieron dichas
¡hace tanto…!
y pasan esforzados cuando llovieron
tempestades de lágrimas!

Ven, quítate los zapatos
descansa tus pies en mi alma,
trata de olvidarlo todo;
pero no me quites
lo poco que tengo;
este lucero de ilusión
fulgiendo en lo hondo
de mis ojos ciegos,
no me lo quites;
que es lo único que tengo
bajo este cielo de cabeza
donde se me trajo a vivir;
y en sucesión de días funestos
me fue quedando de la inocencia;
arrancado el corazón
a cuajos,
poco a poco;
y me enseñaron
lo que es ahora el mundo
así,
a la mala.

Ha pasado mucho tiempo
y en verdad no quiero sufrir
¡quién lo desea cuando
ya no encontramos
un lugar de descanso
para tanta lágrima!

Yo no te quitaré nada,
trataré de restañar tus heridas
con lo que tengo;
trataré de curar con tus sonrisas
mis llagas;
pero si no puedes quererme
no te burles de mí,
no me uses;

sólo, mírame compasivo
al cerrar tu puerta
para que me vaya;
tal vez al ver tu compasión
me quede un rato gimoteando
en la entrada;

pero llegará el tiempo
con grandes marejadas
y me echarán de tu vida para siempre,
para vararme a otro lar,
tal vez a alguna playa solitaria;
sin puertas, sin caras;
sin noches, sin mañanas;

será hecha en mí, entonces,
la fobia del devenir ignoto;
seré como todo ha de ser,
¡el hondo temor será hecho en mí!
parte imposible de la nada.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta la sutil cadencia de tu poesía, toda una declaración de principios con un tenue perfume de talento.

lidia dijo...

gracis aprecido colega! si me lo han marcado y hay que entender en principio, que escribo en argentino espeñol,muy distinto a los paises que nos rodean...simpre controlo con el corregidor de errores todo,pero hay giros verbales muy propios...y eso hace que parezcan errores...no uso el tu ni mucho menos ni mucho menos alguna palabras castizas que no me importan mucho...
espero que te haya contestado como hago siempre!
un abrazo
lidia-la escriba
gracias por tu comentario
www.deloquenoehabla.blogspot.com

Anónimo dijo...

escribis excelente puedes copiar el estilo, l estructura,siempre es valido probar...
ese chau me sono a para siempre!
que pena...
un abrazo
lidia-la escriba
www.deloquenosehabla.blogspot.com

Narci M. Ventanas dijo...

En este poema pareces regocijarte en la tristeza, incluso en la desesperación que nos lleva a la desesperanza. Todo él tiene un aire melancólico que niega toda posibilidad de transformación ventajosa, y esto queda resumido y evidene en los dos últimos versos, infinitamente pesimistas:
¡el hondo temor será hecho en mí!
parte imposible de la nada.

ES triste y nnos conduce al a reflexión, provocando una mayor valoración de lo que tenemos y no nos damos cuenta. Tú también.