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domingo, 18 de octubre de 2009

Deseo

Demás está que te llame
y trate de explicarte
esta hambre atroz que me devora.

Miro crecer monstruosa
e inexplicable
mi secreta sed;
la veo erguirse hacia algún punto
de ninguna hora;
demás está que llame…
estés o no estés.

Imágenes de amor
llegan con tus sonrisas.
Tus labios se entreabren
para decirme ahítos de besos y caricias,
salivadas palabras que añoro,
dulcemente apasionadas,
que acrecientan con furor mi sed.

¡Oh desorden cruel!
¡Oh sentimental querer!
donde más allá de la metáfora
sólo anhela el alma transida
tu breña sacra de mujer…!

Oh amarte
y crear a partir de la cópula
¡solaz, vida y primaveras!
el sol de tu sonrisa
vertiéndose benigno sobre todas las cosas,
cuando amanezcas al mundo,
con mi víspera feliz,
¡toda llena de auroras…!

Oh amarte y colmar el vacío inmenso
de mis horas
con tus suspiros y palabras;
socorrerlas con mis besos
y hallarlas hambrientas de amor
tórridas, maduradas;
hechas de amor flambeo y de ansias…!

……………………….

Precipitado comensal
y bocado unísono de ser.
Beber y comer de tu carne
y complacer, con esfuerzo amado,
tu esfuerzo de amada complacencia;
tu entrega porque te saque a besos
el intenso dolor de la piel;

tu ánfora divina
vacía de amor en gran medida
broza suave, blando broquel;
en donde se engendra la vida
conmigo
o sin mí;
con amor
o sin él…

¡Oh la sed de mi carne endurecida
que nunca tiene cuándo llegarte a querer!

Oh tu soportar de mujer
abrazándose al embiste;
que resiste y combate;
tu mecánica fluvial,
que rogativa gime
cuando autoritaria
y toda llena de poder
sól quiere engullir enloquecida;
mi placer en su placer…!

Y entrar campeador
galopando en atavismos tus paisajes,
hendiendo tus carnes con hombría febril;

oh adentrarme y encontrar, amada,
tras tus dulces facciones
el surco amado
que la espera fecunda y barniza
de tímida y dulce miel.

¡Oh muerde mi carne en su punto!
¡mójate los labios también!
¡oh quiero tus esencias todas!
tu aroma íntimo de tibieza pura
arreciando los besos que desesperado te dé…!

En la carne de tus flores
colmaré mis albricias
y me hundiré mortal, dichoso;
llameante
dentro de tu ser.

Oh abrázame
en el almíbar coloidal de tus fluidos;
con tu carne amada y florecida,
la débil fuerza de tu piel;
oh reténme para siempre
en tu triple abrazo como a un niño,
en el caliente musgo de tu nido;
adentrando más adentro
mi quemante y engrosada sed.

Orto lunar,
estrella solitaria
en donde a plena luz acariciada
acerco ansias
al medio de tus dunas,
a tu boca jugosa y barbada,
para lamer en vida las delicias
que miras con hartazgo cómo bebo,
cómo he de beber en tu quebrada.

Oh darte amor, la brevedad de mi muerte
junto al filo de tu vida;
lapso forzoso,
amante enjundia,
canto frugal entre nosotros,
cuando de tu ciénaga salga brioso,
corpóreo
en lacónico estallido de placer.

Oh amor, languidezco aquí
sin ningún encuentro;
demás está que te llame
cuando no sé cómo decir que me quieras,
¡cómo hacerme querer!

1 comentario:

Isabella Ros dijo...

GRACIAS,por visitarme,tambien por tus palabras,sea una u otra,lo importante para mí es
que puedo contar mis vivencias,sin que me afecten,forman parte del pasado.Tu poesía,deseo de amor,amar y ser amado,anhelo de todo humano.Me gustó leerte.SALUDOS.